Una de las cosas más necesarias es nutrir tu mirada y tu oído. Escuchá diferentes tipos de música, prestá atención a las letras, leé poesía, mirá cuadros: todo es alimento para nuestra creatividad.

Tratá de no querer poner muchísimas palabras, elegí las que sientas que son musicales, es decir que suenan muy bien cantadas, pero sobre todo que a vos “te toquen” desde algún lugar. Si no se te ocurre ninguna palabra, buscá libros de diferentes poetas, tenelos todos a mano cuando quieras escribir una canción. Dejá que tu mirada vaya recorriendo los textos y mantenete atentx  cuando una palabra te llame la atención. Anotala en un cuaderno. Después empezá a probar cómo sonarían cantadas, dejá que tu intuición y tu oído te vayan guiando para elegirlas.

Jugá a escribir dentro de alguna estructura poética como por ejemplo las coplas.

Si te sentís bloqueadx podés salir a caminar, las canciones muchas veces llegan mejor a nosotros cuando estamos en movimiento. El grabador de tu celu va a ser una gran aliado. Registrá todo lo que se te ocurra: palabras, melodías, ideas.